No hace muchos días durante las vacaciones de Semana Santa mientras paseaba por la montaña, descubrí la escena que ilustra este artículo. Le hice una foto y pensé ‘esto merece un post’. No había visto nunca el sistema que se usa para proteger a los árboles recién plantados de un bosque. Este tubo protege al árbol de su entorno en su primera fase de crecimiento evitando que los animales lo dañen.
La verdad es que la imagen me dió que pensar. Creo que si muchos de los proyectos que hoy en día se inician en las empresas fueran protegidos durante su fase incipiente, es decir cuando todo es inusual, quizás habría más gente dispuesta a proponer ideas y a impulsar proyectos de innovación interna.
Y es que estoy convencido de que muchas de las personas que trabajan en las empresas de este país, sólo necesitan un poco de estímulo para poner su mente a trabajar. Muchos de esas personas desisten porque el entorno es hostil, piensan ‘total, para qué voy a decir nada si esto nunca va a cambiar’.
Y así van pasando los años y las empresas y sus empleados se van descapitalizando sin querer, sin darse cuenta de que lo que realmente necesitan es innovación práctica. EO sea; como hacer lo de siempre de una mejor manera, de modo que nos permita obtener mejores resultados para obtener con ello una ventaja competitiva en el mercado.
Desgraciadamente hay empresas que se reconocen mediocres, simplemente porque no han tenido el valor de innovar cuando era necesario y han dejado de creer que las cosas pueden mejorar. Pero afortunadamente hay otras muchas empresas que cuentan con gente que sí cree que no existe lo imposible, que cada día empiezan su trabajo con las fuerzas renovadas, gente normal que consigue que empresas normales, se conviertan en extraordinarias.
Ese tipo de gente es el que yo llamo inusuales. Los que adoptan una actitud positiva ante los problemas, los que buscan soluciones debajo de las piedras y los que consiguen darle la vuelta a cualquier situación porque difícil que ésta sea. Para todos ellos hemos iniciado este blog. No para vender nuentros servicios, sino para agradecerles su trabajo y para animarles a que lo sigan haciendo.